«El cuento Laudato si’ se origina en nuestros problemas actuales del cuidado de la casa común, tiene tiempo, geografía y muchos dolientes»

«Sabemos que los cuentos de hadas, o las fábulas fueron las narraciones humanas preferidas por mucho tiempo. A fin de cuentas, la alegoría y el simbolismo, permitían a los padres, maestros y profetas, transmitir tradiciones a sus niños y comunidades analfabetas»

«Estos cuentos podrán servir de instrumentos pedagógicos para universitarios, escolares y o para acompañamiento espiritual, a personas de diferentes religiones»

16.11.2020 | Víctor Ricardo Moreno Holguín

No es una fábula; no es una bitácora ecológica; no es una ‘historieta’ sobre la flora y la fauna; no es un reportaje sobre la tragedia ecológica; no es denuncia de la pobreza y el hambre; tampoco se inscribe en el ámbito de la ficción y el futurismo; no es un cuento de hadas. Lo puede escribir un niño, una ama de casa, un universitario o un premio Nobel; surge en personas de cualquier clase, ideología o religión, sin perder su fuerza. Entonces, ¿qué clasificación darle al Cuento Laudato si’?

Todo lo referido arriba aparece en los cuentos que ya han ingresado a la web del primer concurso iberoamericano de cuentos Laudato si’ (www.cuentoslaudatosi.org). Reportajes, bitácoras, fábulas, denuncias, etc., pero a la larga, no lo son. Alguien podría asemejarlos a meta-relatos, pero la verdad, no son fáciles de clasificar.

En el arte de la escritura han surgido divisiones a lo largo de la historia, categorizando, especializando, distinguiendo mediante diferentes criterios lo que surge del alma de los escritores: los poemas, las leyendas, las novelas, etc., son clasificados por características estructurales, formales y de contenido propios. Pero cada obra es cada obra y hasta encontramos best sellers con un colorido literario difícil de caracterizar.

Ya desde el viejo Aristóteles, contamos con los géneros: narrativo, épico, lírico y dramático. Y aparecen, desde entonces, subgéneros de acuerdo a específicos signos semánticos, formales o sintácticos: la novela, el relato, el ensayo y la poesía, según su propósito y su formato (bastará encontrarse un texto poético, en comparación con un ensayo, y salta a la vista).

Por lo mismo, definir los límites de cada género parece tan complicado como definir los límites marinos de dos naciones, pues, ¿quién puede ‘enjaular’ las libres aves de la creatividad escrita? Hemos aprendido que la novela tiene unos límites y unas características en las que todos parecen estar de acuerdo: longitud, porque no hay novelas de tres páginas; estructura narrativa compleja, porque no es una historieta simple; su argumento, que, aunque puede repetirse, cambia inmediatamente cuando los contextos son distintos, el modo de resolución de la trama, cambia su carácter simbólico (basta comparar una trama china, de una trama inglesa).

Un género en el que los cuentos Laudato si’ pueden abrirse paso, puede ser el de ciencia ficción y/o fantástica, que no son lo mismo; sin embargo, en ellos emerge una presencia, solución o argumentación sobrenatural. Si alguien escribe una novela de ciencia ficción estará más cerca de lo tecnológico y futurista. Fantasía implica inmersión a mundos inventados y muchas veces atemporales. Pero allí tampoco cabe el cuento Laudato si’, porque se origina en nuestros problemas actuales del cuidado de la casa común, tiene tiempo, geografía y muchos dolientes.

Aunque varios de los cuentos que ya han hecho llegar los participantes narran ‘peripecias’, no llegan a ser novela de aventuras, pues según dicen, la estructura de esta, es rígida y prima el movimiento de un personaje a lo largo de sucesos y espacios distintos. La narrativa de auto-ficción, en cambio, es un tipo de subgénero literario nuevo, en el que el narrador habla de sí mismo, hace ficción de sí mismo, sin necesidad de emprender viajes geográficos, pues se trata de un viaje interior, en la consciencia y el punto de vista del narrador. Los cuentos Laudato si’, suelen tener este elemento, pero necesariamente se necesita del cambio de geografías.

Curiosamente, uno de los primeros cuentos que llegó al concurso parece una historia policiaca, pues plantea una historia de suspenso o misterios en el que está en juego la resolución de un crimen o evitar que sea cometido el delito. Obviamente, éste como los demás, son relatos, y no novelas, pues son cortos (los cuentos Laudato si’, solo puede tener hasta mil palabras, y en la categoría profesional, hasta cinco mil). Así, su estructura y planteamiento no pueden ser tan complejos.

Por aquí nos acercamos a la posible clasificación del cuento Laudato si’, porque es de forma breve, casi como un cuento de los hermanos Grimm: con personajes, que más que simbolizar asuntos complejos, hacen referencia a los conflictos del alma de los seres humanos, haciendo partícipes a las demás creaturas, y siendo ayudados por estas a resolverlos. ¡Sí! Por aquí estamos cerca de un cuento Laudato si’; pero, solo cerca.

Sabemos que los cuentos de hadas, o las fábulas fueron las narraciones humanas preferidas por mucho tiempo. A fin de cuentas, la alegoría y el simbolismo, permitían a los padres, maestros y profetas, transmitir tradiciones a sus niños y comunidades analfabetas; eso no puede eliminarse, y ¡ay de la humanidad si se olvida de esta narrativa! Las actuales narraciones de las redes sociales, pueden envenenar este subgénero. Pero un cuento Laudato si’ no es un cuento de hadas.

Nos han sorprendido algunos microrrelatos, pues su extensión que no supera la página (quinientas palabras). Son como anécdotas; sin embargo, al leerlos, debemos ser sinceros: el arte del microrrelato requiere mucha capacidad de síntesis, abstracción y lenguaje integrador.

Hemos recibido textos similares a los ensayos, hoy, tan importantes. El problema es que el ensayo pierde imaginación, no logra entusiasmar, ni hace soñar, porque presenta unas ideas, las elabora y extrae conclusiones. Recordemos que el concurso lleva por nombre ‘Soñemos nuestra casa común’; a los cuentos hay que meterles ‘sueños’ y ‘despertar sueños’.

Finalmente, hemos recibido textos que más parecen propios de la lírica; son himnos, odas a la creación, a la presencia divina y alguna creatura. En todo caso, muchos parecen pertenecer al género dramático. ¡Biografías dramáticas de creaturas al lado de los hombres! ¿Qué género es este?

Dejemos clara una cosa: las características de los cuentos Laudato si’ son tan particulares que veremos que el carácter espiritual, místico, pero simultáneamente social, ecológico y económico, además de procesos de interioridad, le dan un tinte propio. Que solo el tiempo dirá si estamos ante una nueva clasificación, ya que estos cuentos podrán servir de instrumentos pedagógicos para universitarios, escolares y o para acompañamiento espiritual, a personas de diferentes religiones.

Lo invitamos a que participe, con sus hijos, amigos y organizaciones. Solo ingrese a nuestra web, www.cuentoslaudatosi.org , aún hay tiempo, y muchas, muchas posibilidades de ‘Soñar nuestra casa común’.

Características del Cuento Laudato si’

Sus eventos se suelen inspirar tanto en experiencias vividas por el autor o por personas identificables, como en proyectos soñados o posibles para el cuidado de la Casa Común.
Sus personajes suelen ser personas o comunidades humanas, interactuando con otras creaturas, poniendo en evidencia su interdependencia en la Casa Común, en la que Dios siempre se manifiesta presente.

Los espacios naturales y demás creaturas de la narración son sujetos y no objetos, creaturas vivas queridas por Dios, como miembros de la Casa Común.

Sus dinamismos se caracterizan por el sentido profundo de las acciones que realizan, de las actitudes que asumen y de las decisiones que toman sus personajes, en medio de los problemas que plantea la trama, pero que al final son resueltos, gracias a la creatividad del autor. Pueden precisar de un tiempo indeterminado o referirse a una época para su desarrollo.